Los ojos del usuario no mienten

Los ojos del usuario no mienten

Mar 21, 2023

Cima Toco

Un rio a simple vista puede parecer sencillo, pero si te paras y observas durante un buen rato verás que la gota de agua que viste no vuelve a pasar, es otra, muy parecida, casi idéntica pero no es la misma, por lo tanto has de tener en cuenta que estas en un lugar en constante cambio y por lo tanto tu estas en una posición de aprendizaje continuo.


Mira a tu izquierda y observa, hay un lugar en el que el agua esta en calma, hay algo que la frena, a la derecha el agua fluye más rápido y sin embargo ambos van en la misma dirección, tal vez incluso acaben en el mismo lugar.


Ahora imagina que durante una hora sigues a cada una de esas gotas, observando a dónde van, con que se golpean, dónde van más rápido, donde se frenan, qué les sucede… sus necesidades, deseos, habilidades y limitaciones… ese es tu usuario.


Luego para entender al usuario no basta con mirarlo y sacar un puñado de notas, necesitas sentir lo que él siente, ver lo que él ve, conocer su historia, saber qué le ha llevado hasta ahí, que es lo que hace y porque se comporta como se comporta, y saber que justo al lado suyo hay una gota que se le parece mucho, pero que siente diferente.


Durante mi estancia en Chile, trabaje en la digitalización de una agencia de turismo de montaña. Necesitaba conocer al usuario y gracias a mi pasión y conocimiento de la montaña se me presento la oportunidad de trabajar durante 4 meses como guía de alta montaña para documentar las rutas además de hacer fotos, y creedme que es uno de los aprendizajes más intensos y bonitos que he tenido.


Os cuento, en principio todo puede parecer sencillo; gente de todo el mundo con un mismo objetivo, ascender volcanes de entre 5.000 y 6.000 metros de altitud.


Uno de mis primeros ascenso fue al Cerro Toco, un volcán con la única dificultad de la aclimatación ya que su cima está a 5.600m de altitud y su camino es relativamente sencillo. Durante la aproximación al volcán en camioneta les fui explicando el briefing para luego ya en el campo base y equipados, explicarles como íbamos a realizar el ascenso, cadencia de paso, colocación de pies y bastones, respiración…


Me llamaron la atención dos personas sobre el resto, tal vez por su diferente percepción de lo que les esperaba, un francés con gran experiencia en montaña que se mostraba confiado y seguro de si mismo y un brasileño, primera vez en la montaña y con más dudas que certezas, ambos con cero experiencia en altitud, y esto resultaría determinante.


La altitud si no la respetas aplastará primero tu ego y unos minutos más tarde a ti, ¿porque? Explicado deprisa y mal pero de forma que nos sirva; en cada bocanada de aire que das cuando estás en altitud entra menos oxígeno, por lo que necesitas más respiraciones, esto acelera tus pulsaciones y resulta que estas caminando muy despacio pero tu corazón ronda las 120 pulsaciones, es decir, tu mente te esta engañando, tu percepción es la de alguien que camina pero tu cuerpo esta esprintando, ¿Y cuanto tiempo puede una persona estar esprintando? Correcto, en 20-30 minutos estas fundido y te falta el aire, colapsas y media vuelta.

En la montaña como en la vida lo mejor es ser humilde, aprender y guardar tu ego para después y así podrás contar una historia de como hiciste cima a 5.600m y no como te tuvieron que poner oxigeno en el campo base para no palmarla.


A estas alturas ya os imaginaréis como acabo la historia, pues no, no acabo así, todos hicimos cima, pero fue gracias a la observación y a iterar. Cuando llevas un grupo de entre 8 y 10 personas detrás tienes que estar muy atento a como caminan, su jadeo, su respuesta a tus preguntas, estas las haces muchas veces desinteresadamente y con una gran sonrisa, pero las haces para obtener información, verás si le cuesta hablar, qué te dice, como te lo dice pero… la mirada, hay bocas que dicen “estoy bien” con miradas que piden ayuda y ahí en ese momento tienes que empezar a trabajar, porque su ego le impide pedir ayuda pero tu se la tienes que dar sin que el la sienta, continuas preguntando al resto del grupo y al final, haces una parada y te aseguras de que todos se hidratan, el no ha sentido que tu le estas ayudando y sin embargo lo agradecerá.

Este francés de ego montañero fue recuperado como el ave fénix poco a poco aumentando el número de paradas para la hidratación. Lo que también beneficio al resto del grupo.


50 metros antes de la cima siempre dejo pasar al grupo, esto lo copie de un compañero, pero me encantó el gesto de que sean ellos los primeros en conquistar la cima, a lo que iba, una vez en la cima me emocionó profundamente el chico brasileño, pues lo que para otros era algo “normal” casi rutinario, para él era una proeza, entendí que las motivaciones de cada uno son muy distintas, agradecía a Dios, a sus padres, a mi por haberle llevado hasta allí, que abrazo me dio… y allí arrodillado en la cima inmortalicé el momento.